Haciendo una analogía, el español es un fondista mientras que le anglosajón en un sprinter. Al latino, en general, le gusta beber indefinidamente, cuanto más tiempo mejor, intentando batir el récord Guinnes de codo apoyado en barra. Mientras que el inglés/yankee o guiri en general, tiene por objetivo beber a toda velocidad hasta legar a un éxtasis alcohólico cuyos resultados podemos ver a menudo en lugares como Salou, Llorete de Mar o Magaluf.
Aplicando este argumento de dudosa base sociológica o antropológica, podemos encontrar una posible explicación al reguero de fallecidos que están dejando los festivales en el mundo anglosajón en general durante las últimas semanas.
El pasado sábado 14 de septiembre, el festival Defqon.1 celebrado en Sydney (Australia) dejó unos datos escalofriantes: un fallecido, 14 hospitalizados y 82 detenidos.
Bajo el pretexto de que consumir drogas es más barato que emborracharse dentro (hecho que si bien es cierto no justifica nada, ya que tampoco es obligatorio emborracharse) los jóvenes han tomado la insana costumbre de consumir toda la droga antes de entrar al recinto del festival. Hecho a todas luces fatal para la salud de cualquier individuo.
Desde luego, la policía se empleo a fondo, ya que los 82 detenidos en esta "caza de brujas" fueron acusados de traficar con sustancias ilegales, delito duramente penado en la isla-continente.
Una triste noticia que ensombrece el trabajo de la marca de la Q, una de las que más ha innovado en cuanto a puesta en escena y que se trabaja como poco el antes y después de los festivales.
lunes, 16 de septiembre de 2013
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